Luis Rubiales podría dejar su cargo como autoridad máxima de la RFEF en las próximas horas.
La presión sobre el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, continúa aumentando tras el polémico beso que le dio a Jenni Hermoso después de que la selección femenina de España ganara el mundial. A medida que pasan los días, la tormenta no se calma, sino que se intensifica. Además de las críticas de gran parte del país, muchos juristas consideran que lo que hizo constituye un delito de agresión sexual, lo que ha llevado a una serie de denuncias y la desaprobación de la clase política. Incluso se ha revelado información periodística que sugiere que la RFEF inventó declaraciones de Hermoso para exculpar a Rubiales.
Como si fuera poco, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exigido la dimisión de Rubiales y ha afirmado que las disculpas del presidente de la RFEF no son suficientes. El Gobierno tiene la capacidad de presionar a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), instando a tramitar las denuncias recibidas. Este proceso podría resultar en la inhabilitación de Rubiales por hasta dos años.
A pesar de la creciente polémica, Rubiales se aferra al cargo por el momento. Antes de disculparse, expresó su opinión sobre la situación y utilizó términos ofensivos para referirse a quienes lo criticaron. Su actitud no parece haber cambiado después de la polémica, ya que fue el primero en posar para la foto con la copa cuando el equipo regresó a Madrid.
Ante este escenario, se plantean dos opciones para poner fin al mandato de Rubiales: que la RFEF lo haga internamente o que sea removido desde fuera. La primera opción parece complicada debido a los vínculos cercanos que Rubiales tiene con algunos miembros de la Asamblea de la Federación. La segunda opción, que implicaría la intervención del Gobierno a través del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAD), parece más factible. Existe un precedente en el caso de Ángel María Villar, expresidente de la RFEF, quien fue destituido por el TAD tras una denuncia similar.
Por su parte, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que él mismo dirigió antes de llegar a la federación, ha exigido su renuncia. Asimismo, se han presentado denuncias formales contra Rubiales ante el CSD por infracciones graves relacionadas con la violencia sexual. El Gobierno tiene la posibilidad de presionar indirectamente a través del TAD, lo que podría llevar a una posible inhabilitación de Rubiales.
El mandato de Rubiales al frente de la RFEF ha sido convulso, con acusaciones de corrupción y comportamientos controvertidos. A pesar de todo, Rubiales parece no tener intención de renunciar en este momento. La situación sigue en desarrollo y se espera que haya más novedades en los próximos días.